jueves, 6 de septiembre de 2012

Terapia para parejas en un callejón sin salida


Terapia para parejas en un callejón sin salida

ABC.es  |  Le proponemos que lea atentamente la siguiente situación: una pareja llega a casa después de trabajar y mientras se cambian de ropa apenas intercambian un par de frases. Después, ya en la cena, los dos se ponen al día escuchando las noticias en la tele hasta que uno de los dos hace algún comentario y, sin darse cuenta, acaban discutiendo y lanzándose reproches el uno al otro. La historia se repite casi exacta de lunes a viernes y cuando llega el fin de semana hay desidia, desmotivación, poca inquietud por compartir el tiempo juntos porque las discusiones son cada vez más frecuentes. Y las relaciones sexuales... un asunto olvidado.

¿Se puede recuperar el amor?

Quizá no sea una situación tan imaginaria, y reconozca alguna de estas escenas como suyas o de alguna pareja cercana. Muchas parejas sienten cómo su relación se deteriora y, a pesar de realizar intentos y darse nuevas oportunidades, resulta imposible salir del círculo vicioso de las discusiones. Con este panorama, ¿se puede recuperar el amor? «Rotundamente sí», aseguran los especialistas consultados, pero hace falta que los dos miembros de la pareja estén de acuerdo en ello. Aseguran que llega un momento en que la pareja por sí misma no sabe cómo mejorar la relación y necesita la ayuda de un terapeuta especializado para que les guíe en este arduo camino.

¿Cuándo pedir una cita?

No solo es importante lo que se dice, sino todo lo que hay detrás

«La terapia es adecuada cuando el problema interfiere significativamente en la vida cotidiana; es decir, cuando cualquier actividad ?una conversación, las tareas de casa, la compra, ir a una cena...? termina en discusión», apunta Javier López, profesor de Psicología de la Universidad Ceu San Pablo. Añade que también es recomendable cuando los afectados se hayan dado oportunidades para recuperar la relación y no lo hayan conseguido. «Lo malo es que, en muchas ocasiones, cuando llegan al terapeuta, ya es tarde, la pareja ya se ha roto, pero acuden porque una de las partes necesita una "certificación" oficial de que no hay nada que hacer, o porque uno de los dos necesita apoyo por la ruptura». María Teresa Vaquero, terapeuta de pareja del Centro de Psicología Clínica y Psicoterapia, puntualiza que cuanto más tiempo pasan envueltos en discusiones, se posicionan como poseedores de la razón, les cuesta entender y aceptar la visión del otro y se ve a la pareja como a un enemigo de quien defenderse».

La entrevista

La forma de llevar a cabo las sesiones depende del centro al que se acuda pero, por lo general, todo comienza con una entrevista en la que el terapeuta recibe los datos necesarios de ambos para evaluar la situación de partida: cuándo empezó la relación, si tienen hijos, en qué momento sintieron que estaban en crisis, motivo por el que acuden, expectativas... Según Mercedes Amorós, psicóloga del Centro de Apoyo de la Familia de la Comunidad de Madrid, resulta curioso que cuando la pareja atraviesa una crisis y se les pregunta cuándo empezó, «el hombre responde que en el momento en que dejaron de tener relaciones sexuales, mientras que para la mujer, las dificultades comenzaron mucho antes, cuando dejó de sentirse querida». Al finalizar la entrevista, en algunos centros les ofrecen material para que lean o cuestionarios sobre diferentes áreas de la pareja para llevar en la siguiente cita.

Las sesiones

«Si fueron capaces de enamorarse, pueden volver a conseguirlo»

En la terapia de pareja «se conjuga la aceptación del otro, la conciencia de que ambos sufren y son víctimas de su incapacidad para llegar a acuerdos y pactos que generen acercamientos», señala Vaquero. «El terapeuta les ofrece en las sesiones un nuevo espacio donde comunicarse para descubrir la raíz del problema, analizarlo y buscar posibles vías de solución». Para Mercedes Amorós, la comunicación no verbal es esencial. «No solo es importante lo que se dice, sino todo lo que hay detrás». Por ello, en sus sesiones recomienda ponerse en el lugar del otro «porque muchas veces se dicen cosas, que no van contra la pareja, sino contra uno mismo. Ambos tienen que aprender a identificar los verdaderos problemas de la relación, y descartar aquellos que vienen de fuera o que son creados por problemas de personalidad no resueltos «como la dependencia hacia la madre, lo que genera muchas discusiones».

Duración

El número de sesiones varía en función de muchos condicionantes: el punto de partida, los años que ha durado la crisis, la predisposición de la pareja... Lo normal es que haya sesiones una vez por semana y que se distancien según se avanza en el proceso para que la pareja tenga más tiempo de aplicar lo aprendido y lograr sus objetivos. La media está en unos 6-8 meses.

 Terapia para parejas en un callejón sin salida
Eso sí, los especialistas insisten en que no tienen la fórmula mágica para que una relación funcione. «Les damos las herramientas para fortalecer la relación —reconoce Mercedes Amorós— porque si fueron capaces de enamorarse en una ocasión pueden volver a conseguirlo». Javier López añade que no tienen recetas milagrosas, «son ellos los que solucionan su problema, nosotros solo les acompañamos y guiamos para lograrlo».

¿Y si uno de los dos no quiere ir?

«Lo ideal es que acudan los dos a la terapia ?apunta Lorenza Escardó, psicóloga psicoterapeuta de la Consulta de Psicoterapia Psicoanalítica y Familiar?. Pero en ocasiones, uno ?generalmente el hombre? acude forzado, lo que dificulta la terapia». Si uno de los dos no quiere hacer terapia, no hay que obligarle. 

Quizá sea posible animarle a que asista a la entrevista, se informe y después saque conclusiones. Que no quiera hacer la terapia no supone que no quiera resolver los problemas. Puede pensar que hay otros métodos o que no quiera contar sus problemas a un desconocido porque desconfía de él y sus métodos por falta de información. Pero no todo está perdido, la terapia se puede aplicar a un miembro solo porque si su actitud mejora beneficará a la pareja».

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