martes, 8 de abril de 2014

Siria: Musulmanes secuestran y torturan salvajemente a una niña cristiana.

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Minuto Digital | La menor cristiana fue secuestrada y violada cada día por siete individuos. Los violadores también le cortaron trozos de piel de la cara con un cuchillo.

 Los padres de la niña fueron requeridos por los musulmanes para que pagaran el rescate: 52.000 dólares. Y como una cantidad tan astronómica no pudo ser puesta a disposición de los delincuentes, éstos, tras 13 días de someter a su víctima a continuas violaciones, decidieron personarse en el domicilio familiar para exponer sus argumentos y obtener el correspondiente abono. Allí, como medida de persuasión le cortaron a la cristiana trozos del rostro con un cuchillo mientras gritaban que Alá era muy grande.

Finalmente, el rescate, gracias a una monja llamada Hatune Dogan y a la organización Rescate de Cristianos, se entregó a los violadores, lo que puso fin al cautiverio. La hermana Dogan afirma que los secuestradores recitaban suras del Corán y aullaban “Alá es grande” cuando procedían a violar a la menor, pero se manifiesta muy satisfecha por el final feliz de incidente, porque en otros casos algunas niñas de 9 años arrebatadas a sus familias han aparecido con el paquete intestinal fuera del cuerpo, la vulva seccionada o las manos cortadas…




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Según ha declarado recientemente la hermana Dogan, los “rebeldes”, además de violar y asesinar a niñas, también comercializan la sangre de los cristianos decapitados para la práctica de determinados rituales. Al parecer, las transacciones sanguíneas son sumamente lucrativas, ya que el valor de cada botella asciende a unos 100.000 dólares.

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En Siria y en el Irak “liberado”, los cristianos están siendo exterminados, expulsados masivamente de sus hogares y amenazados de muerte si no aceptan la fe de Mahoma. Y prueba de ello es la última matanza de 400 cristianos perpetrada en marzo por “rebeldes” sirios del Da’ish. Al respecto, la hermana Dogan ha informado sobre cómo un agricultor descubrió en la cuneta de una carretera los centenares de cadáveres degollados que estaban siendo devorados por los perros.


Sin embargo, el siniestro tráfico de sangre y órganos de cristianos no es un comercio  exclusivo de los “rebeldes” sirios o los islamistas de Irak, porque en Europa, concretamente en Kosovo, los narco-islamistas también se lucraron con la venta de órganos procedentes de serbios. Y también en Kosovo, como en Bosnia, los soldados de Alá decapitaron  y despedazaron los cadáveres de sus víctimas, sin hacer distinción de edad ni sexo.

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